¿Aligeramos currículo para ganar opciones laborales?

Algunos gurús en recursos humanos recomiendan a los más jóvenes eliminar de su currículo la carrera universitaria y el máster que hicieron para especializarse y completar su formación. El esfuerzo demostrado ya no es ningún aval. En los tiempos de crisis que corren no sirve de nada. Esos especialistas en comportamientos laborales explican que el candidato a un empleo ganará en competitividad y productividad si aligera su bagaje formativo. Al parecer, la sobrecualificación es una losa. Nos explican una y otra vez que los desempleados universitarios deben maquillar su perfil profesional para ganar opciones en la jungla del mercado laboral. Pero esa estrategia, desde mi punto de vista, es un error. Mal vamos. Y lo que es peor, deja en evidencia al sistema educativo y a la difícil conexión entre lo que demanda el mercado laboral y lo que ofrecen las universidades.

Y en toda esta polémica aparecen los colegios profesionales. ¿Cuál es su papel? ¿Sirven para algo? ¿Tienen su espacio? ¿Defienden los intereses de esos jóvenes formados que parecen dejados de la mano de Dios? El momento es crucial para todos. Y también para los colegios. Unión Profesional de Galicia, que representa a más de 40 colegios y a 50.000 profesionales de toda la comunidad autónoma, cree que es hora de pelear por los derechos de miles de mujeres y hombres formados en las universidades gallegas.

Será el nuevo Gobierno que salga de las próximas elecciones generales el que ponga en marcha la Ley de Servicios Profesionales. Ya circulan borradores. Y no pintan bien. Muchos colegios serán inviables con la nueva normativa. ¿Por qué? Porque pretende, entre otros asuntos, prescindir de la colegiación obligatoria, un requisito básico para que los profesionales presten servicios de calidad y para garantizar el ejercicio libre de la profesión. Es nuestra arma contra el intrusismo.

Los colegios profesionales gestionamos y avalamos que los conocimientos, titulación y documentos obligados para ejercer una profesión sean fiables. Sin ese aval estamos perdidos. La garantía de que un profesional cumple su compromiso con la sociedad no puede desaparecer por el capricho de una ley. Eliminar garantías es empobrecer la sociedad. Es como ese joven que elimina de su currículo su formación universitaria para tener más opciones. No es el camino. Así seremos cada día un poco más pobres. Lo que nos hizo fuertes no puede ahora suponer un signo de debilidad. O el día de mañana lo lamentaremos.

Ver: http://www.xornal.com/opinions/2011/09/07/Opinion/aligeramos-curriculo-ganar-opciones-laborales/2011090717374700168.html

Fuente: Xornaldegalicia.com

Fecha: 10 de septiembre de 2011